8/1/08

Nacionalismo


Ezequiel López, Zequi para los amigos que no tenía, natural de Argamasilla de Alba, siempre quiso ser norteamericano, concretamente de Cincinnati, por eso nunca les perdonó a sus padres que fueran unos vulgares españoles, que ni siquiera hablaban un mal castellano con acento de Massachussets.

Ezequiel era moreno de tez, con el pelo oscuro, tontorrón y más bien bajito. Aspecto que odiaba pues era la antítesis de su perfil estadounidense: alto, rubio y blanco de piel. Lo único que tenía en común de su persona con el tipo norteamericano era lo de tontorrón.

Su madre, con la paciencia y el cariño que sólo una madre neoyorquina tiene para con su hijo, soportaba con estoicidad los caprichos y las idioteces de Ezequiel; su padre, en cambio, manchego por los cuatro costados, acabó suicidándose por no oir más al gilipoyas de su hijo decirIe ¡okey, dadi!

Ezequiel siempre rechazó la comida autóctona. El jamón (aunque fuera de jabugo), la tortilla de patatas con cebolla, las gachas-migas o la olla de nabos tempranos, nunca entraron en su dieta como primer plato, y mucho menos como postre. Su régimen alimenticio se limitaba a refrescos de cola light, hamburguesas de carne adulterada, perritos calientes y alguna que otra guarrada más que le servían en su local preferido: "MacPoyas".

A Ezequiel tampoco le gustaba el Rock'n Roll, cosa que sería un escollo insalvable en un proceso de norteamericanización normal, pero al tontolhaba de Zequi esto le daba igual, porque decía que se sabía la Macarena y otros éxitos de Frank Sinatra de memoria.

Así que, con este bagaje, recién cumplidos los dieciocho años, fue al registro civil para cambiar su nombre por el de Raimond Brandbury, Ray para los amigos que no tenía.
Después se encaminó al aeropuerto y con todos sus ahorros compró un billete de ida para Whasington.

El avión, un McDouglas 301 GTi, fletado por la compañía Air Jordan, donde fue embarcado Ray, explotó en pleno vuelo minutos antes de aterrizar en su destino. No hubo supervivientes, aunque, según fuentes de la Embajada Española en USA, por suerte no había ningún español a bordo.

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