Javier P. López y Mª Dolores P. Mira, pasaron ayer tarde a disposición judicial tras haber presentado denuncia contra ellos Pedro G. Toledano, maestro charcutero.
Los hechos se remontan al pasado martes cuando, en una conocida charcutería del centro de la localidad, Pedro G. Toledano, su propietario, mientras servía 250 grs. de jamón cocido marca La Pava, veía como los denunciados se toqueteaban en sus partes mientras guardaban la vez.
"No presté mucha atención —afirma el charcutero—, hasta que en un momento dado alguien dijo en voz alta que jamás había visto una salchicha tan grande. Miré hacia el lugar de la voz —sigue afirmando el charcutero— y cuál no sería mi sorpresa al ver a esos dos sinvergüenzas semiechados sobre las bandejas de pollo de la cámara frigorífica, metiéndose mano descaradamente y con las vergüenzas al aire, provocando un alboroto mayúsculo".
Al ver que no todo era pollo, las clientas se lanzaron como locas hacía la cámara, intentando hacerse con algún trozo de la deseada carne. "Viendo el tumulto que se creó, yo salí del mostrador —continúa aseverando el charcutero— con el delantal en la mano, y sin pantalones. De esta guisa logré atraer hacia mí la atención de algunas clientas, momento que aproveché para despachar a dos o tres de ellas; pero cuando me volví a por cambio se avalanzaron todas sobre mí y me tumbaron sobre las bandejas de codornices trufadas, que salieron volando asustadas. Haciendo acopio de todas mis fuerzas, logré apoderarme de un cuchillo trinchador, me abrí paso a cuchilladas trinchadoras hasta el teléfono y llamé a los bomberos".
A los cinco minutos llegó la policía, que armados con porras descomunales (algunos de ellos, la mayoría las tenían normalitas) lograron reducir a la jauría de clientas en celo y detener a los presuntos delincuentes sin demasiados forcejeos.
1 comentario:
Genial! Espero más.
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