1/3/09

¿Y si te digo que te quiero?


Tom fue a abrir la puerta. Al parecer habían llamado al timbre.

No se sorprendió cuando vio a Caren en la puerta.

-¿Qué quieres? -le dijo secamente.

-Nada, sólo que pasaba por aquí y me he dicho: voy a ver al bueno de Tomi.

-Bueno, pues ya has visto al bueno de Tomi, ahora adiós.

Caren sujetó la puerta con la mano para que Tom no cerrara.

-Siempre has tenido mucha prisa por echarme de tu lado. Puedo saber qué te he hecho para que me odies tanto.

-En realidad nada, pero no me caes bien, eso es todo.

-Y puedo saber porqué.

-Pues si te digo la verdad no lo sé, pero siempre te he tenido un poco de asco. Supongo que es porque estás muy buena y eres muy zorra.

-Y una mierda, lo que pasa es que no soportas que alguien quiera estar a tu lado. Tienes miedo de amar. Porque yo sé que estás enamorado de mí.

-Yo enamorado de ti, vamos hombre esta sí que es buena.

-Siempre me has amado, ¿verdad?

Tom se atragantó un poco.

-Y si así fuera, ¿qué?

-Pues que negándolo no te haces ningún favor, muy al contrario.

-Está bien tú ganas, sí, es verdad, siempre te he amado, desde el primer momento en que te vi. Ya lo sabes. ¿Estás contenta?

-Pues sí, estas cosas son buenas para mi ego.

-Bueno, y ahora qué, ¿vas a dejar a tu marido para venirte conmigo?

-¿Dejar a mi marido, yo?

-Bueno, si los dos nos amamos lo lógico es que te vengas conmigo.

-Pero Tomi, ¿quién te ha dicho que yo te amo?

-¿No me amas?

-Por supuesto que no, vamos, ni en un millón de años podría amar yo a alguien como tú. No tienes estilo, ni dinero a puñados como mi marido, ni nada que pueda intersarle a una mujer con la clase que tengo yo.

-Ves como eres una asquerosa. Pero esta vez te ha salido mal la jugada, porque yo en realidad no te amo, si acaso me das un poco de lástima por ser como eres, pero tampoco mucha.

-Pues que sepas que yo también te he mentido, porque en realidad sí que te amo, siempre te he amado, y no soporto verte con otras, te quiero para mí sola.

-¿De veras?

-¿De veras qué?

-¿De veras me amas?

-Pero qué pardillo eres, no ves que te estaba tomando el pelo.

-¿Pero entonces para qué mierda has venido?

-Bueno, me aburría en casa y he pensado que tú y yo podríamos pasar la tarde juntos… ya me entiendes.

-Pero tú de qué vas. Vienes aquí, me pones en ridículo, juegas con mis sentimientos, y ahora pretendes que te invite a mi casa, que te desnude lentamente delante del fuego mientras beso tu dulce cuello, y que te haga el amor hasta que ambos quedemos extenuados.

-Eso es precisamente lo que quiero.

-Anda pasa, no vayas a pillar frío.

4 comentarios:

Basseta dijo...

Simplemente genial

Anónimo dijo...

Me encanta y lo sabes. Me haces sonreír y mucho. Gracias

Anónimo dijo...

Lo escribiste un domingo? Entonces quién fue tu fuente de inspiración?

Andreu Romero dijo...

Desgarradoramente real. La gente es así de gilipollas, de verdad. Qué bueno, como siempre ^o^.