10/12/10

Despedido

Cuando le llamaron desde administración, Lans intuyó enseguida que no era para subirle el sueldo. No sabía porqué, pero tenía el presentimiento de que lo iban a despedir.

Algo habría hecho mal seguro, sino porque le iban a llamar. Quizá fuera por su forma de vestir (casual sport), o por no hacerles lo suficiente la pelota a sus jefes. Sí, seguro que era por eso, por no interactuar con sus superiores. Y eso significaba no haberse tirado a su jefa inmediata, Jennifer. Ella se le insinuaba todos los días, pero Lans era muy tímido y rehuía el cuerpo a cuerpo. Siempre tenía alguna excusa para no comerle el conejo o para no dejar que ella le comiera la zanahoria.

Pero ahora seguramente lo iban a echar, así que si quería conservar su puesto de trabajo tendría que someterse a los deseos de su superiora.

Cuando entró en el despacho de su jefa, ésta ya tenía las bragas en la mano, y le señalaba a Lans su fondo de escritorio. El asco le hizo dudar, pero la posibilidad de quedarse en la calle pudo más, así que se arrodilló y se perdió bajo la mesa.

Al día siguiente recibió la carta de despido:

Lamentamos comunicarle que, debido a su bajo rendimiento, nos vemos en la obligación de cesarle de todas sus funciones en esta, nuestra empresa. Así pues, queda usted despedido. Tiene una hora para recoger sus cosas y desaparecer.

Esperando que este comunicado sea de su agrado, reciba un cordial saludo.
Atte. Jennifer Vallejo, RRHH.

PD. Su rendimiento, insisto, ha sido bajísimo.

2 comentarios:

Basseta dijo...

¿Y el Comité de Empresa no tiene nada que decir?

Anónimo dijo...

Es que hay que ser más productivo que sino te vas a la "....." calle. Eso dicen los "....." empresarios.