15/12/07

Por amor al arte


Mª del Mar esbozó una sonrisa sobre papel de calcar. Después la pasó a un lienzo con desgana. Y por último la vendió por 200 millones de libras escocesas en el mercado de arte contemporáneo que montan los lunes en la plaza del pueblo.

Fco. Javier garabateó con un palo sobre la arena unas figuras amorfas. Luego las plasmó en el lienzo mediante las más burdas técnicas pictóricas. Y como colofón vendió el resultado de su travesura en un mercadillo de jipis multimillonarios por 500 millones de libras saharauis.

Mª del Mar y Fco. Javier eran artistas. Lo que sus manos tocaban ya no tenía precio, y aún así ellos lo vendían más caro.

Su talento era enorme, tan enorme que traspasaba el patio de su casa. Y mira que su patio era grande. Su casa no tanto, de hecho era un cuchitril de 2 habitaciones, 6 cuartos de baño, 5 salones, 2 comedores, cocina y galería.

Mª del Mar y Fco. Javier lo tenían todo, y su vida era plena.

Un día Mª del Mar hizo un gesto forzado, algo parecido a una cucamona. Pensó que aquello sería el principio de un gran espectáculo interactivo, pues no en vano el talento que atesoraba entre ingle y espalda le daba para eso y para mucho más. Cuando Fco. Javier volvió a casa, Mª del Mar caracterizó su cucamona en un improvisado escenario natural de 500 hectáreas que representaba a la perfección las Cataratas Victoria.

Pero el destino, o la desdicha tal vez, hizo resbalar inoportunamente a la artista del arte, Mª del Mar, precipitándose al vacío desde una altura de 500 metros cúbicos.
Fco. Javier no pudo hacer nada por ayudarla, de hecho incluso la empujó un poco para que cayera mejor, no por rencor ni malos rollos, sino por estética, ya que hasta el viaje a la muerte debía ser digno de su talento.

Tras aquello Fco. Javier cayó en una honda depresión de la que nacerían un vals y un par de zarzuelas. Después se dejó morir lentamente, muy lentamente. De hecho no murió hasta 25 años más tarde, rodeado de mujeres hermosas, lujo y desenfreno.

Pero la muerte de ambos no fue en vano, pues su obra ha triplicado su precio y ahora se benefician de ello sus herederos, que por cierto, no saben hacer la 'o' con un canuto; ni puta falta que les hace.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola!!! Las he leído mejores... Así que haz el favor de poner algunas de tus 'peores historias' para que este blog comience a hacerse famoso en el mundo entero. hasta entonces, no pienso recomendar este blog a nadie,... bueno a lo mejor a una amiga muy insistente que tiene deseos (ardientes, creo) de conocerte. Yo creo que dando esta dirección y viendo la caricatura se puede hacer una idea de la jeta que tienes. Bueno, lo dicho, hasta más ver y suerte en esta expedición interplanetaria!.