6/3/09

Karen y Kati, un nuevo final


Karen no se lo podía creer. Con Kati, su mejor amiga, y en su propia cama. ¿Cómo podían hacerle eso? Erik ni siquiera se excusó. Es más, ni siquiera dejó de bombear sobre Kati cuando vio a Karen plantada en la puerta del dormitorio.

Kati, como era buena amiga de Karen, sí se sofocó un poco, pero nada más.

Karen cerró la puerta de golpe –tampoco quería cortarles el rollo– y se fue a la cocina a preparar café. Cuando acabaron la faena, Kati y Erik se reunieron con ella. Tomaron café en silencio.

Karen se levantó y se fue hacia el dormitorio. Erik la siguió.

Kati, mientras tanto, recogió las tazas y las fregó. Luego encendió un pitillo, le dio un par de caladas y lo apagó en el cenicero. Bebió un poco de agua y se encaminó también hacia el dormitorio.

Cuando Kati abrió la puerta, no se lo podía creer. Con Karen, su mejor amiga, y en su propia cama. ¿Cómo podían hacerle eso? Erik, por supuesto, siguió bombeando sobre Karen como si tal cosa.

Karen, como era buena amiga de Kati, le dijo que cerrara la puerta al salir.

Kati salió de la habitación y fue directa al mueble bar del salón.

Cogió la coctelera y mezcló en ella tequila junto a otros licores varios. Añadió azúcar a su gusto y lima. Picó un buen puñado de hielo, que introdujo también en la coctelera, y empezó a agitarla con fuerza, haciendo ruido, para que la oyeran. Después se sirvió una copa.

Cuando Karen y Erik acabaron la faena, se reunieron con Kati en el salón. Tomaron una copa juntos en silencio, tras la cual Kati y Karen se encaminaron juntas hacia el dormitorio.

Erik siguió bebiendo solo, hasta acabar la coctelera que había preparado Kati. Luego salió al jardín, se desató el batín y orinó sobre los rosales. Antes de volver a entrar en la casa, Erik arrancó dos rosas de una de las plantas orinadas, y se encaminó con ellas hacia el dormitorio.

Cuando Erik abrió la puerta y vio a Kati y Karen en su propia cama se sintió el hombre más afortunado del mundo.

2 comentarios:

Andreu Romero dijo...

Cabrón orgiástico el Erik ^o^.
No hay dos sin tres, está claro.

Anónimo dijo...

Ya le gustaría eso a más de uno, eh?